Hace algún tiempo me vino repentinamente a la memoria la imagen de un querido y viejo amigo que tocaba la guitarra y cantaba por todos los rincones de la preparatoria, era zurdo, pero tocaba como suele decirse, “diestramente”. Parecía venirle muy bien, no sólo porque lo hacía con soltura, sino porque lo hacía en la posición donde la mano izquierda que sostiene el brazo de la guitarra presiona los acordes y la derecha rasguea o pulsa con los dedos las cuerdas sobre el cuerpo de la guitarra, es decir, como lo hace una persona diestra. Este recuerdo me hizo preguntarme ¿cómo es la perspectiva del mundo de una persona zurda y cómo decide la posición de su preferencia para tocar un instrumento?
Desde tiempos ancestrales, esta marcada tendencia de los primeros humanos, deja a la vista evidencias en las pinturas rupestres (Contreras, O. C. (1999). El mundo del zurdo). En ellas aparecen figuras humanas sosteniendo herramientas con la mano derecha, incluso la tendencia al leer y escribir es de izquierda a derecha, al menos en el mundo occidental . Así, a lo largo del tiempo el mundo a nuestro alrededor se ha construido mayormente para diestros y ha discriminado y etiquetado negativamente a ese otro grupo más pequeño de personas con tendencia zurda. Sin embargo, todo parece indicar que las ideas recientes sobre la aceptación, la inclusión social y la no discriminación están haciendo su trabajo. Cada vez es más común encontrarse con objetos hechos para la perspectiva mecánica de un zurdo, como pupitres con la paleta del lado izquierdo, tijeras e instrumentos musicales, objetos que están haciendo valer la existencia de esta minoría.
Aunque la tendencia en un sistema capitalista es a seleccionar y estandarizar, con el tiempo esta visión ha ido cambiando. Las materias encargadas de estudiar y tratar entender el comportamiento del hombre como lo son la antropología, la psicología o la neurociencia, entre otras, van dejando cada vez más claro que todas las personas en el mundo somos distintas pero compartimos características similares.
Para reiterar uno de tantos aspectos que nos diferencian de cada personas, es la preferencia de lateralidad, es decir, aquella preferencia donde el uso más frecuente de una mitad lateral del cuerpo predomina sobre el otro (zurdo o diestro). sin embargo, esta diversidad en la naturaleza de las personas no sólo es construida por su información genética sino también por su ambiente (Mora, F., (2014) ¿Cómo funciona el cerebro?) eso revela que dentro de esos grupos marcados con una tendencia se encuentran muchas excepciones a la regla que también dependerá de la construcción histórica de su persona.
¿Cómo funciona nuestro cerebro?
Roger Sperry (Mora, F., (2014), ¿Cómo funciona el cerebro?) confirmó que al seccionar el cuerpo calloso (estructura encargada de conectar cada hemisferio) en pacientes con epilepsia, que el hemisferio izquierdo y derecho del cerebro humano trabajan de manera cruzada y se encargan de tareas distintas, es decir; el hemicerebro izquierdo es el encargado de pensamiento lineal, analítico y racional, así como del lenguaje y de recibir información sensorial del lado derecho, mientras que el hemicerebro derecho es el encargado del pensamiento conceptual, espacial, holístico y de recibir información sensorial y coordinar movimiento del lado izquierdo.
Este descubrimiento ha sido interpretado como una tajante separación, pero en estudios más recientes se ha comprobado que cada hemisferio no tienen una total independencia de las tareas que realiza, sino que funcionan de manera integral comunicándose entre sí, así lo expresa Ana Forés “El hecho de que algunas regiones específicas del cerebro se ocupan de funciones concretas, y de que determinadas actividades cerebrales puedan ocurrir predominantemente en un hemisferio u otro, significa que el cerebro tiene un comportamiento modular (…) Por lo tanto, en cerebros normales los dos hemisferios no están aislados el uno del otro, sino que continuamente comparten información a través del cuerpo calloso. Es decir, el cerebro humano trabaja en paralelo y su actividad es permanente.” (Forés, A., Neuromitos en educación. El aprendizaje desde la neurociencia).
Este modelo explica que en la mayoría de las personas existe una predominancia de uno de los hemisferios cerebrales, son solamente con la preferencia de uso de las manos, sino también, pie, oído y ojo. Según Hannaford los patrones de lateralidad dominante de cada persona pueden tener una variedad de combinaciones. A estas combinaciones las llama perfiles dominantes y considera que son determinantes para la manera en la que las personas están configuradas para el aprendizaje e incluso influye en sus habilidades manuales, emocionales y de comunicación verbal. (Hannaford, C. (2011). Cómo Aprende Tu Cerebro: Cómo Mejorar Tu Aprendizaje Conociendo Cual Es Tu Ojo, Oído, Hemisferio Cerebral, Mano y Pie Dominante.)
¿Los zurdos deben tocar forzosamente con su mano dominante?
Los zurdos tienen su propia percepción del mundo y por supuesto sus propias posturas sobre el tema. Así lo constante con las experiencias que me compartieron algunos colegas y amigos sobre su historia como zurdos y encontré opiniones diversas al respecto.
Gustavo A. Merino, es pianista de profesión, zurdo de nacimiento. A pesar de conocerlo desde hace varios años nunca me había contado que además de tocar el piano, pintar y hacer modelismo de aviones también tocaba la guitarra y el violín. Me platicó que hay pianos configurados para zurdos con las teclas de graves a agudos orientadas de izquierda a derecha y que nunca ha sentido la necesidad de tener uno o de tocar con una guitarra o un violín para zurdos, se siente completamente identificado con su configuración diestra y considera a su zurdera como una ventaja porque siente que tiene mayor control al tocar un instrumento con su lado dominante, de hecho percibe mucho equilibrio entre sus dos manos aunque predomina su mano izquierda y por lo tanto para él no representa ninguna dificultad o conflicto de tocar con un instrumento configurado para diestros.
Antonio Jara, bohemio, cantante y guitarrista, escribe con la zurda y patea el balón con la derecha. Cuando era niño, un día simplemente tomó la guitarra y se la colocó en la posición diestra. Me dijo que jamás sintió conflicto alguno, su sensación corporal era de comodidad y nunca se cuestionó si debía a aprender a tocarla de la manera zurda.
André Sandoval, zurdo de pie y mano, aprendió a tocar la guitarra a los 18 años, un familiar le recomendó aprender a tocar la guitarra como diestro, porque esto le evitaría problemas para conseguir guitarras para zurdos además porque hay pocas opciones de elección en el mercado. Así lo hizo y según su experiencia, fue una buena elección y no le ha causado en absoluto ningún conflicto haber aprendido a tocar en la posición opuesta a su lado dominante.
Eduardo Rodríguez Flores del Sonido sublime, compositor, escritor, músico y bohemio, zurdo de nacimiento, sus primera experiencias con la guitarra fueron en la infancia y en casa sólo había una guitarra diestra. El proyecto de tocar la guitarra tuvo continuidad varios años más tarde concluida su primer carrera , alguien le sugirió cambiar las cuerdas de la guitarra de diestro a zurdo y así lo hizo, le parece más cómodo; me contó que en una ocasión tuvo que tocar la guitarra en casa de unos amigos en dónde sólo había una guitarra diestra, así que colocó se colocó la guitarra como zurdo y tuvo que invertir los acordes porque ahora las cuerdas graves quedaban hacia abajo y los agudos, esa experiencia no le pareció desagradable, pero prefirió tocar con las cuerdas posicionadas con las cuerdas graves arriba y las agudas hacia abajo. Eduardo también toca el piano y al parecer tampoco le causa conflicto escuchar las notas graves de su lado izquierdo y las agudas de su lado derecho como en un piano para diestros.
Alfredo Bringas, percusionista y director, zurdo de nacimiento y ambidiestro por su ambiente, tuvo que aprender a usar la mano derecha porque eso era lo “correcto”. Sin embargo esto ha representado una ventaja, el tener equilibrados en un porcentaje alto la fuerza y el movimiento de ambas manos le parece una maravilla, aunque su naturaleza zurda sigue dominando. Inició en la música como baterista, me comentó que tocar el bombo como diestro le parecía incómodo, también me contó que las congas definitivamente las prefiere acomodadas como zurdo y su preferencia para dirigir es con la mano izquierda.
Lucas Hernandez Bico, guitarrista y locutor, zurdo de nacimiento, su preferencia para tocar es con su mano izquierda. Piensa que la única desventaja que ve en tocar como zurdo es la de no tener muchas opciones en el mercado, se fabrican pocas guitarras acústicas para zurdos y simplemente voltear la cuerdas de una guitarra para diestros representa un problema porque su construcción está pensada para resistir mayor o menor tensión en determinadas partes del cuerpo de la guitarra. Es decir, las cuerdas más gruesas aportan mayor tensión que las cuerdas más delgadas. Me compartió que también ha experimentado tocar como zurdo con las cuerdas invertidas, es decir, con agudos arriba y graves abajo, sin embargo constató que el timbre, la intención y los acentos de los rasgueos y los azotes que lleva la música tradicional con la jarana cambian mucho al tener las cuerdas en esta disposición, pero que incluso hay personas que aprenden a tocar de amabas maneras y lo utilizan como recurso teatral en sus presentaciones.
En los perfiles dominantes de Hannanfor habla de la existencia de combinaciones, por ejemplo, un zurdo de ojo, mano y pie, puede tener el oído dominante en el lado derecho. Esta variedad de configuraciones podría justificar el porqué prefiere o se adapta a tocar un instrumento, sin importar cuál es el lado del cuerpo que domina. Pienso que la capacidad de neuroplasticidad nos hace tener la capacidad de aprender y adaptarse, pero también creo que desarrollar más la consciencia corporal puede ayudar a percibir mejor la tendencia de lateralidad dominante tanto para ayudarnos a saber cómo podemos ser más funcionales como para orientar a los más pequeños, en el caso de las personas que tienen hijos.